jueves, 17 de enero de 2013

Que bonita es la vida sana en Granada...

Y después de 4 meses me digno a escribir otra vez en el blog... Y me encantaría poder decir que después de aquel día  me volví súper sana y no volví a caer en la tentación de darme un atracón de esos buenos... Pero no. Me los di. Y más de una vez.
Pero supongo que lo importante es ahora... Después de haber pasado las navidades más gorda y perra del mundo, vuelvo a Granada y me encuentro con que peso 71 kilos. Di que sí, campeona, lo estás haciendo genial.
Total, que como yo soy de extremos, pues no se me ocurre otra cosa, que cortarlo de raiz. Comer sano, dejar la bollería  los azúcares, las chuches, las pizzas, lo calórico de un lado, gastarme la pasta en un gimnasio para machacarme y a darle duro baby.
Ahora mismo llevo 11 días respetándome y aún no he caído en la tentación. Bien por mí. Eso no quiere decir que no me muera de ganas por comerme un buen plato de spaguettis a la boloñesa o devorar una gran bolsa de chucherías... Y este es el pez que se muerde la cosa. La lucha mental. El amor y el odio. Quiero comer pero no puedo. Como pero engordo. Me siento bien, me siento mal. Me frustro, siento impotencia.
¿Cuanto duraré evitando la tentación? ¿Qué día volveré a darme un atracón? ¿Podré aguantar así toda la vida? Imposible. Y esto me perseguirá siempre.
Seguiré informando.

Hoy he comido: 2 kakis, 2 plátanos, 2 tostaditas con queso y pavo, arroz integral, ensalada y un yogur. Not bad.